Breve reporte de situación sobre la planificación en lo efímero
- Patricio Perez Mainero
- 3 may 2018
- 2 Min. de lectura
La familia García se fue de vacaciones por tres días a un complejo de cabañas en Colonia del Sacramento. Los dos hijos, Federico de 13 y Matías de 8, no estaban para nada entusiasmados con el viaje. Y como para estarlo, si los dos primeros días fueron un calvario interrumpido por algunos juegos que siempre terminaban en discordia porque a Federico le exasperaba la inmadurez de su hermano, que era acorde a su edad.
Sin embargo, la anteúltima noche descubrieron que llegó un padre con sus hijas que parecían tener la misma edad que los jóvenes García. Perdido por perdido, Federico sugirió a Matías que fueran a hablar con ellas así no estaban tan solos. Dicho y hecho, se enteraron de que efectivamente que Jazmín y Soledad tenían respectivamente las mismas edades que ellos.
Decidieron, hablando de lo poco que había para hacer en esos lares, que harían ellos mismos un juego para el otro día. Al amanecer se encontraron y tiraron todo lo que habían pensado. De esa lluvia de ideas resolvieron que cada uno de ellos sería un alquimista que crearía monstruos para combatir entre ellos. Hasta entonces era sorprendente lo fácil que era acordar entre ellos, hasta que Jazmín sugirió tomarse una hora para pensar bien cómo serían las reglas, a lo que Matías y Soledad protestaron, porque era solo para jugar ese día y no tenían que perder tiempo. Luego de discutir un poco con su hermana, Soledad convenció a Matías de jugar por su cuenta, y dejar a los “nenes grandes y tontos” de lado. Cuando se van ambos, Federico y Jazmín se sumergen en su proyecto, y logran crear un sistema de combate ambicioso que tenía en cuenta cómo combatían los monstruos y qué atributos tenían.
Luego de dos horas, deciden empezar a jugar. A eso de las 3 de la tarde, escuchan gritos y ven que tanto Matías como Soledad se van cada uno a su respectiva cabaña. Deciden seguir jugando y no darle importancia, y así están hasta la hora de comer. Es ahí que Federico y Jazmín le preguntan a sus respectivos hermanos que paso, ambos responden “¡Es que no entendió nada de las reglas!”.
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