Breve reporte de situación sobre crecer
- Patricio Perez Mainero
- 28 dic 2023
- 2 Min. de lectura

En ese parque solo estaban aquel hombre, la niña y el viento. Él, que ya empezaba a peinar canas en su cabellera hoy bien corta pero que alguna vez supo ser un matorral, se dedicaba a contemplar.
Contemplaba la tranquilidad con la que se meneaba el largo pasto. Contemplaba como el viento jugaba con las hamacas de madera y metal. Contemplaba como ella, su hija, se colgaba mirando las flores que el otoño ya empezaba a marchitar.
Tan contemplativo estaba que no se dio cuenta que de la boca de su hija salian palabras, hasta que dos entraron por su oído y lo despabilaron. “¿Estas bien?”.
Rápidamente volviendo a la realidad, le respondió “Si, perdon. Me perdí en mis pensamientos” y, acto seguido, le pidió que se siente.
- ¿Que te pasa pa? -le reprocho ella, que ya lo había notado así desde que llego al parque.
- Necesito que charlemos de algo. ¿Vos sabes lo que es crecer?
- Obvio, es ser grande, trabajar, tener hijos, pagar un alquiler o una hipoteca, casarte, ganar experiencia… esas cosas. ¿Por?
- Me lo temia
- ¿Qué cosa? Estas raro hoy. ¿Te sentis bien?
- Qué te comiste el discurso social de crecer. Que es una media verdad, porque crecer tiene que ver con todo lo que mencionaste. Pero es mucho más simple, y podes hacer todo eso sin crecer o crecer sin nunca haber hecho nada de eso.
La chica sonrío. El padre volvía a ser aquel sujeto reflexivo, profundo y un toque arrogante y orgulloso que siempre fue.
- ¿Y entonces que es crecer?
- Es hacerse cargo de las decisiones de uno. Es aprender a vivir sin culpar a nadie más que uno no de lo que le pasa; pero si de que hace con eso. Es no estar esperando soluciones de arriba y es poder estar en la mierda y decir “Bueno, de acá tengo que salir, y lo voy a hacer convencido de lo que hago”.
-¿ Y el resto? ¿Los amigos? ¿La familia? ¿Vos?
- Estamos para acompañar, hija. Y vos vas a elegir quienes van a estar ahí. Pero a nadie lo salva el otro; uno se salva con el otro. Por eso es importante hacerse cargo de las decisiones que toma uno.
“Creo que entiendo”, dijo ella. Acto seguido, empezó a desvanecerse. El hombre no aguantó más y rompió en llanto. Pero, una vez que largó lo que tenia que largar, tomo aire, se recompuso y se dijo a si mismo y al viento “Toca seguir adelante haciéndose cargo de lo que se hizo y también de lo que no”.
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